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Qué Permisos Necesitas para una Reforma en España (Guía 2025)

Si estás pensando en hacer una reforma en casa, hay algo que no puedes pasar por alto: los permisos. Y sí, incluso si es una obra pequeña. Uno de los errores más comunes es pensar que si solo vas a cambiar el baño o tirar un tabique, no hace falta pedir autorización.  

Pero la realidad es que depende del tipo de obra, del ayuntamiento en el que te encuentres y, si vives en un edificio, hasta de lo que diga la comunidad de vecinos. 

Cada ayuntamiento tiene sus propias normas, pero hay reglas generales que se aplican en toda España.  

  • ¿Cómo saber cuáles necesitas?  
  • ¿Cómo se solicitan?  
  • ¿Qué pasa si la comunidad de propietarios pone problemas?  

Vamos a resolver todas esas dudas para que no te lleves sorpresas y puedas reformar tu casa sin complicaciones. 

No todas las reformas necesitan el mismo permiso 

Antes de ponerte manos a la obra, hay que tener claro que no todas las reformas son iguales y, por lo tanto, los permisos tampoco lo son. Hay una diferencia clave entre reformas menores y reformas mayores, y el tipo de permiso que necesitas dependerá de esto. 

Por ejemplo, si solo quieres cambiar el suelo, pintar las paredes o renovar los azulejos del baño, hablamos de una obra menor.  

En la mayoría de los casos, solo hace falta comunicarlo al ayuntamiento mediante una declaración responsable o solicitud de licencia de obra menor. Es un trámite rápido y, en algunos municipios, incluso puedes gestionarlo online. 

Ahora bien, si la reforma implica modificar la estructura de la vivienda, tirar tabiques de carga, ampliar la superficie construida o cambiar la fachada, ahí ya entramos en obras mayores.  

En estos casos, la normativa de reformas en vivienda exige una licencia de obra mayor, que implica más papeleo, presentar un proyecto técnico y, en muchos casos, pagar tasas más altas. 

Imagina que quieres unir la cocina con el salón tirando un muro. Si el tabique no es estructural, con un permiso de obra menor puede bastar.  

Pero si forma parte de la estructura del edificio, necesitarás un proyecto técnico firmado por un arquitecto y la licencia de obra mayor del ayuntamiento. 

Saber distinguir entre ambos tipos de reforma es clave para evitar multas y retrasos. Y si no tienes claro en qué categoría entra tu proyecto, lo mejor es consultar con un profesional antes de empezar. 

Reformas que NO necesitan permiso (pero ojo con las excepciones) 

Hay algunas reformas que, en la mayoría de los ayuntamientos, puedes hacer sin necesidad de pedir una licencia de obra para reforma. Son cambios estéticos o de mantenimiento que no afectan a la estructura ni a la distribución de la vivienda. Entre ellas están: 

  • Pintar paredes para dar un aire renovado a las estancias. 
  • Cambiar suelos, ya sea sustituyendo baldosas, parquet o tarima sin modificar la distribución del espacio. 
  • Renovar muebles de cocina y baño, siempre que no se toquen las instalaciones de agua, gas o electricidad. 

Sin embargo, no siempre es tan sencillo. Hay casos en los que incluso estos cambios pueden requerir permisos para reforma, sobre todo si afectan a un edificio protegido o si el ayuntamiento tiene normativas específicas. 

Imagina que decides cambiar la encimera de su cocina, algo que en teoría no necesita licencia. Pero al hacerlo, te das cuenta de que también tiene que mover la fontanería y modificar las tomas de agua. En ese caso, ya entra en el terreno de la obra menor y necesita un permiso. 

La clave está en informarse antes de empezar. Lo que parece un simple cambio puede convertirse en una reforma que requiera autorización. Para evitar sorpresas, lo mejor es consultar con un profesional o con el ayuntamiento de tu localidad. 

Licencia de obra menor: Cuándo es obligatoria y cómo solicitarla 

Si vas a hacer cambios importantes en casa, es posible que necesites una licencia de obra para reforma. Pero, ¿qué se considera una obra menor? Básicamente, cualquier intervención que modifique elementos interiores sin afectar la estructura del edificio. 

Algunos ejemplos claros de obras menores son: 

  • Cambiar ventanas, sobre todo si se altera la fachada. 
  • Modificar tabiques interiores sin tocar muros de carga ni afectar la distribución global del edificio. 
  • Renovar instalaciones de electricidad o fontanería, especialmente si se modifican las conexiones principales. 

Un caso típico es la reforma de un baño. Puede parecer una obra menor, pero si implica cambiar la distribución de los sanitarios o tocar bajantes comunitarios, el permiso puede ser más complejo y puede requerir autorización de la comunidad de vecinos. 

Cómo solicitar la licencia de obra menor 

Cada ayuntamiento tiene su propio procedimiento, pero por lo general, el proceso para solicitar permisos para reforma en una obra menor sigue estos pasos: 

  1. Preparar la documentación. Lo mínimo que te pedirán será una memoria descriptiva de la obra (qué vas a hacer y cómo), planos si es necesario y, en algunos casos, un presupuesto estimado. 
  1. Pago de tasas municipales. La cantidad varía según la localidad y el tipo de reforma, pero suele oscilar entre 50 y 300 euros para obras menores. 
  1. Tiempo de aprobación. Dependiendo del ayuntamiento, el trámite puede tardar desde unos días hasta varias semanas. En algunos casos, basta con una declaración responsable para empezar la obra de inmediato. 
  1. Cumplimiento de normativa. Aunque sea una obra menor, hay que asegurarse de que cumple con las ordenanzas municipales y normativas de la comunidad de vecinos si aplica. 

Antes de empezar cualquier reforma, lo mejor es revisar con el ayuntamiento o con un profesional si necesitas solicitar esta licencia para evitar problemas o posibles sanciones. 

Licencia de obra mayor: Cuándo la necesitas y qué implica 

Cuando la reforma no es solo un cambio estético o funcional, sino que afecta a la estructura, la fachada o los elementos comunes del edificio, entonces estamos hablando de una obra mayor.  

En estos casos, no basta con un trámite sencillo en el ayuntamiento, sino que se requiere una licencia de obra para reforma más completa y con ciertos requisitos técnicos. 

¿Cuándo necesitas este permiso? 

Si la reforma implica alguno de estos cambios, vas a necesitar una licencia de obra mayor: 

  • Ampliaciones de vivienda. Si quieres construir una nueva planta, cerrar una terraza o ampliar la superficie útil de la vivienda, esto siempre requerirá un permiso especial. 
  • Modificación de estructura. Si piensas tirar un muro de carga o realizar cambios que puedan afectar la estabilidad del edificio, es obligatorio contar con un estudio técnico y la aprobación municipal. 
  • Obras que alteran la fachada o elementos comunes. Cambiar la estética exterior del edificio, abrir una ventana o modificar balcones no se puede hacer sin el visto bueno del ayuntamiento y, en muchos casos, de la comunidad de propietarios. 

Un caso típico es el de alguien que decide abrir una nueva ventana en la fachada sin solicitar permiso. Puede parecer un cambio menor, pero en realidad afecta a la estética del edificio y, en algunos casos, a su seguridad estructural.  

En una reforma reciente, un propietario hizo esto sin autorización y no solo recibió una multa considerable, sino que tuvo que asumir el coste de volver a dejar la fachada como estaba. 

Pasos para solicitar la licencia de obra mayor 

Si necesitas hacer una reforma que entra dentro de esta categoría, el proceso para obtener la licencia de obra para reforma es más complejo que el de una obra menor. Aquí tienes los pasos clave: 

  1. Proyecto técnico. Para cualquier reforma de este tipo, necesitas que un arquitecto o ingeniero redacte un proyecto detallado explicando la obra, los materiales y el impacto en la estructura. 
  1. Visado del colegio profesional. Antes de presentarlo al ayuntamiento, el proyecto debe estar visado por el colegio de arquitectos o ingenieros correspondiente. 
  1. Solicitud en el ayuntamiento. Una vez preparado el proyecto, se presenta junto con la solicitud de licencia y el pago de tasas municipales. 
  1. Evaluación y aprobación. Dependiendo de la complejidad de la obra y del municipio, la aprobación puede tardar varias semanas o incluso meses. En algunos casos, se puede pedir documentación adicional o ajustes en el proyecto. 
  1. Inicio de obras con supervisión técnica. Una vez aprobada la licencia, la obra debe realizarse bajo la dirección de un técnico cualificado y cumpliendo con la normativa reformas vivienda vigente. 

Dado que el proceso puede ser largo y técnico, es recomendable contar con un equipo profesional que se encargue de toda la gestión para evitar retrasos o problemas con la administración. 

Antes de empezar, asegúrate de hacerlo bien 

Si algo queda claro después de todo esto, es que hacer una reforma sin revisar antes los permisos puede salir caro. Nadie quiere empezar una obra con toda la ilusión y luego encontrarse con una multa o, peor aún, con la obligación de deshacer lo que ya está hecho. 

Cada ayuntamiento tiene su propia normativa, por lo que lo más sensato es consultar siempre antes de empezar. Una simple llamada al área de urbanismo o una visita a la web del ayuntamiento puede aclararte si necesitas una licencia y qué documentación debes presentar. 

Ahora bien, si el proceso te parece un laberinto de burocracia, no tienes por qué enfrentarlo solo. Contar con un profesional que se encargue de los trámites puede ahorrarte tiempo, estrés y problemas a futuro. En nuestra, muchas reformas se retrasan o encarecen porque no se gestionaron bien los permisos desde el principio. 

Así que, si estás pensando en reformar tu casa, asegúrate de hacerlo bien desde el primer día. Si tienes dudas, mejor resolverlas antes de que la obra empiece y evitar sorpresas desagradables en el camino. 

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